11.7.07

Sin título

Desde mi oficina (piso 20 y tanto) tengo una vista fenomenal. Puedo ver el río, el cielo con su crepúsculo maravilloso. A lo lejos veo un barquito blanco (se ve chiquito desde donde estoy). Qué sensación de querer irme a navegar. Quisiera estar navegando en un crucero por ejemplo, libre de obligaciones, preocupaciones. Quisiera sentirme en abundancia. Muchas veces siento que estoy en abundancia, si. Aunque también de a ratos me viene la preocupación y me pregunto ¿qué haré con lo que quiero hacer? ¿qué haré con mi intención de hacer lo que realmente me hace feliz? ¿dónde posiciono mi preocupación de pensar en hacer esa transición (hay más) que me colocaría en ese riesgo? Riesgo y vacío de no saber qué va a pasar. Siempre lo mismo. Siempre el temor de pensar "no, tengo miedo de que si hago eso entonces me quede sin nada...". Nada. Otra palabra más. El lenguaje.
Que cosa el ser humano. Esta cosa del lenguaje que nos aprisiona en la supuesta "seguridad" que necesitamos para avanzar en la vida y decidir. Decidir esto, pero teniendo "seguro" esto otro. Maldita seguridad que nos bloquea como un paradigma o mapa negro que oscurece nuestros pensamientos creativos, sobre lo que queremos lograr, cómo lo queremos lograr, eso... eso tan añorado, los sueños.

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