23.7.07

El lenguaje es prisión y me libera

Regalo infinito. Amor en tu corazón que me alcanza sin darte cuenta.
Almas conectadas en una sinfonía inexplicable universal y cósmica.
Me atraviesas con tu soplo experiencial y puedo vivir otros mundos, en tu mundo.
Al final somos uno; y en el principio, si.
Palabras abstractas del lenguaje creadas para explicarlo, separarlo, describirlo.
Respeto. Aceptación. Ternura. Comprensión. Humildad. Cariño. Vulnerabilidad. Generosidad. Confianza. Fidelidad. Honestidad. Solidaridad. Gratitud. Conexión. Reconocimiento... AMOR.
Sostengo y abrazo esta forma de describirlo, de mostrarlo, de contarlo.
Palabras puestas para "hablar" de esta "verdad" como un aforismo. La única verdad inexplicable. Si, con palabras.
Resumen de mi alma y sentimiento desde el lenguaje que teje palabras que quedan cortas, vagas, incapaces de mostrar en un todo esa verdad entre tú y yo; esa que yace entre nuestras almas.
Aprendo envuelta en tus amores, saberes y dones.
¡Te doy las gracias por tu existencia!
Y eres una ecuación instanciada en valores.
¿Seremos parte de la misma ecuación?
Los valores instanciados nos acercan, nos abrazan, nos descansan en un mismo ser almático.
Rebalso de sentirte feliz en el camino de tu transformación.
Transformación. La significación de tu forma, de tu ser, de tu "yo soy".
¡Felicidad de sentirte feliz!
Y desde tu transformación me formo yo. Me transformo nuevamente, muto, crezco, sueño, traspaso, quiero, creo, amo... tanto.
Tanto. Otra vez la prisión del lenguaje que no me deja explicarte.
Si tu supieras...
Y el lenguaje es prisión... a la vez me deposita en la libertad de mi ser y desde él salto hacia tu alma. Y lo aprovecho. Y doy gracias.
Gratitud. Me sirve, te la regalo.
Amor. Me sirve, te lo regalo.
Mi corazón. Me sirve, está abierto para ti, tómalo.

20.7.07

Pedacitos de mi misma en ti

Pedacitos de mi misma en ti.
Me miro en ti. Soy desde ti.
¿Si no existieras que sería de mi?
Pura libertad y paz de sentirme como en casa, en tu morada que también es la mía.
Espejo de mi propia alma en el que me miro y allí descanso... y allí creo.
Momentos construidos de escuchas, de palabras compartidas, de notas amorosas, de paz, de saber, de no dudar, de creer, de confiar, de soltar y fluir...
¿De dónde vienes ser maravilloso?
¿Acaso eres un ángel que ha sido enviado para mi protección?
Eres mi ángel, si.
Desde ti es que brillo y puedo ser también tu luz.
¿Acaso existe un algo que pueda vencernos?
Contigo trasciendo los límites de los fantasmas del temor.
Te conocí de antes, lo sé. ¿Lo recuerdas?
Y al encontrarnos pude reconocerte y te encontré de nuevo y me volviste a mirar.
¿Qué puedo temer?
Eres la alegría de mi vida y desde ti puedo redescubrirla.
Siempre estaré, siempre estarás... en la conjunción del amor.

18.7.07

Descanso

Descanso. Pasar a otra cosa. Cambiar de lugar. Cambiar de espacio. Volver. Bloqueo y desbloqueo. Resguardarme un tiempo. Te das cuenta que es necesario. Un poco. Salirse de todo, permitirte el silencio. Estar para adentro. Estar en casa, morada del ser, refugio interno de la esencia cósmica.
Estar aquí, ahora. No allá, lejos. El allá no existe. Existencia de mi creación mental, es ahora. Es proyección desde el "aquí". No hay saltos sino continuos. Continuos desde el hacer en tiempo real; si, en tiempo de ejecución.
Libertad es la sensación. Simple. Ejercer el poder de la acción de éste instante, de éste "ahora", de éste regalo tan infinito. Y en mis manos un manojo de libertades. Uso el poder de decisión que me ha sido entregado en los primeros segundos del soplo de vida. Elegir simplemente. Elijo y dejo. Y se abre el mundo desconocido y temido, luego maravilloso.
Estúpidos temores y creencias infundadas que me sitúan en el miedo a caer en el abismo de la decisión. Y es la caída de la soltura y la fluidez de los momentos. Dejarme ir. Dejarme ser.
Pido alas, me las dan. Puedo volar siempre. Eso tienes que saberlo.

16.7.07

Asma... y la necesidad de apostar a mi

Disnea. Asma le dicen. No respiro bien. Compresión o presión. Físico es si, una parte (¿?). Yo sé, yo sé que soy yo. Manojo de nervios, responsabilidades, presiones. ¿Quién presiona? De afuera nadie. De adentro yo. El afuera es desde adentro. Desde adentro viene la presión; desde adentro viene el temor. Temor otra vez. No es la primera vez. No cumplir, no alcanzar, no poder, no ser eso que "debería" ser. Ansiedad ya sabemos. Pero también sensación de desprotección. Sin protección de alguien. Qué sensibilidad. A flor de piel. Susceptibilizando todo mi ser y mi cuerpo sintiéndome por momentos no terrenal. Sintiéndome por momentos venir de algún otro lado. ¿Me habrán desprotegido mucho? ¿me habrán protegido mucho?
Mucho adentro. De todo. Simple y complejo y revolucionador a más no poder. Qué buenas las palabras, me llevan y sostienen en el camino. ¿Hacia adelante? ¿hacia atrás? ¿hacia dónde? No sé.
Sé del fluir ese que deseo. Fluir sin temor, fluir desde mi, "conócete a ti mismo". ¿Me conozco a mi misma? No tanto, un poco, mucho, a veces nada.
Apostar a mi... para fluir, para cantar, para bailar, para crecer, para soltar, para intentar, para jugar, para sonreir, para llorar, para SER.
Apostar lo que soy, lo que tengo, lo que puedo hacer, lo que doy. Maldita sea. ¡Lo que hago, lo que doy!
Busco la brújula, la tengo si. Precisión necesita para la ida final de los fantasmas del temor. Dándome tiempo ahora. Me lo doy, y me felicito por eso. Semejante "cosa" encajada ahora en mi consciencia ensanchada que antes no estaba y no vivía ahí. En mi consciencia almática.
Aprendí a darme tiempo, espacios, lugares para el "conócete a ti mismo". Puedo reconocer eso, si. Utilizar el "darme tiempo" para fluir, puede ser. Idea, sueña, siéntelo, anota, describe, dibuja, lee, entusiásmate, goza, agradece. No existe el fin del tiempo. Estás aquí y para siempre. Lo que sientas hacer, lo harás en un continuo eterno sin prisas. Y eres lo que eres aquí, ahora y siempre.

13.7.07

Desde el resfrío

Resfriada. Con la nariz paspada y colorada por sonármela todo el tiempo con "pañuelos carilina de Elite". Ojitos lagrimosos y también colorados. Cuerpo enclenque y decaído. Sin ganas de nada. Sin ganas de verme en el espejo. Sin ganas de verme. Hoy no me gusto.
No está bueno sentirse débil desde un resfrío. No, no solamente desde un resfrío, también desde el cansancio, desde el famoso "stress" ese que nos hace estar por períodos prolongados de tiempo en posición de "ataque", de atención, de tensión, de contracción, de contención de todo, de intentar, de lograr, de simular, de disimular, de llegar, de sostener, de seguir, de no soltar para que el flujo no se corte. ¿Cuál flujo? Como una película de la vida, puede ser. Eso que proyecto como si fuese el director disponiéndome desde afuera. Salirnos. Para ver mejor, controlar los hilos, los factores, el tiempo, el espacio. ¿Y donde está "el dejarse llevar"? Si, te hablo de ese fluir que es la verdad misma. Fluir conmigo, con vos, con la vida. ¿Qué pasaría si me dejo llevar un poco por este fluir del andar mismo? No te voy a negar que temo el descontrol. Descontrol. ¿Y qué te pasa con el descontrol? Ya quisiera zambullirme en ese "descontrolado control" (¿o control descontrolado?) que podría despegarme hacia sensaciones desconocidas del encuentro. Del encuentro con la naturaleza de las cosas, con la sincronización que existe de esa composición de segundos que dibujan el destino, o "un" destino . Un destino que intento ordenar (¿o controlar?). Otra vez el control. Prefiero llamarlo "mi pincel, mis pinturas y mis lienzos". "Canvas". Canvas para dibujar la proyección del paraíso de mi ser. Proyección desde adentro hacia afuera. La imagen está visualizada o vislumbrada en mis sinápticas sensaciones neuronales de mi mente. Yo. Quizás siempre estuvo ahí. Ennegrecida de un negro azabache esa esencia. Ahora dibujándose hacia afuera en otro lienzo, canva. Canva. Y es otra vez un producto del adentro. Recursividad. De nuevo. Y para siempre.

12.7.07

Ser feliz

Me quedé con el pensamiento de la transición.
Esa transición que temo. Temer. El significado de temer o tener miedo no me gusta. Sé que en el fondo no temo. Sé que puedo. ¿Cómo pensar en no poder cuando tantas veces en el "antes" pude hacerlo, lograrlo, traspasarlo, vivirlo, desafiarlo? Y mientras escribo dislucido que solo resta "darme cuenta", el famoso "que". Ese "qué quiero". ¿Qué quiero? Como siempre: ser feliz. Muy nebuloso el "ser feliz". No me dice nada. No me hago cargo. ¿Cómo voy a ser feliz? esa si sería una pregunta más "acercadora". ¿De qué manera seré feliz? ¿haciendo qué cosas seré feliz? ¿estando en qué lugares seré feliz? ¿relacionándome con qué tipo de personas seré feliz? ¿ejecutándo qué acciones seré feliz?
Ser feliz desde mi esencia. Desde quien soy realmente. Pero ¿quién soy yo? Pucha qué pregunta. Genial brete filosófico. Una pregunta incansable y eterna. Tan corta pero que me deja dura por la posibilidad desgarradora de responder semejante interrogante. ¿Quién soy hoy? ¿quién quiero ser mañana? Y se me aparecen las personas. El amor, la entrega. Iluminar. Inspirar. Asistir. Pero inevitablemente cruza por mi carretera mental la preocupación o "me ocupo antes" de si encontraré la manera de tener lo que hoy tengo. Como si fuera seguro. ¿Qué tengo hoy? Se que no estoy convencida de lo que tengo, de lo que soy. Pareciera estar esperando un anuncio en algún lado que me avise que ya está, que ya puedo. Una luz verde de avance. La luz verde soy yo. Yo me dejo. Yo me permito. No hay afueras. Solo productos limitadores perfectamente creados en esta mente que hace que hable o que intente expresarme de una manera que pueda ser comprendida por mi misma, o no. ¿Y si no considero todas las posiblidades, los factores? Me quedo en el acotamiento de ese plano y avanzo solo lo que me permito avanzar. Quiero avanzar.
Quiero expandir, ensanchar, creer... quiero crear. Creer en mi para crear.

Dolor de cabeza, frío de anoche, ansiedad, desenfoque, debe

Un poco de dolor de cabeza, aquí bien en la frente, adelante.
Anoche no fue una noche linda. Acabada de bañarme me dormí con el pelo mojado. Con este frío. Con este frío y el pelo mojado no pude dormir, por el frío. Tenía frío. Vueltas y vueltas en la cama entre sueños y pesadillas quizás de ansiedad, de andá a saber qué cosas pasaban en las bifurcaciones de mi mente de ensueño, en los sueños. Y me tuve que levantar a buscar el secador de pelo, para secarme... el pelo claro. Y se acabó el frío.
Ansiedad todo el tiempo. De esa que te hace vivir más adelante. Como si te tuvieras que ocupar de lo que no está ocurriendo. No me ocupo del ahora. Maldita cabeza. O mejor, maldita conciencia la mía, maldita yo de no decidir un flujo consciente de pensamientos que me sitúen en el aquí y el ahora. Antes, ahora, después. Accesos epistemológicos del tiempo. ¿Será que es así? ¿Será que podemos vivir solo el aquí y el ahora?
Me desenfoco de los "debe". No quiero, me niego. No se cómo salir de ésta. Bah, si sé que puedo salir de ésta. Pero sé que todavía no me conviene. ¿No me conviene? Es mi falta de confianza en mi misma. De nuevo la necesidad de la recursividad para conmigo misma. Es necesaria. ¿Qué sería de mi si no existiera esa recursividad ontológica del lenguaje que me permite hablarme a mi misma? Estaría en ruinas. Y la aprovecho.

11.7.07

Defraudada

Me siento defraudada, herida.
¿Como separar los códigos de mi ser de los códigos de otra persona?
¿Cómo comprender realidades ajenas desconocidas?
Si lo sé, comprender. Juro que comprendo.
Pero me viene la emoción. Como un puñal que se clava de repente en el estómago, filoso. De repente porque no me lo esperaba. No me lo esperaba de vos. Aunque si, si me lo esperaba.
Otra mala costumbre que tengo, hacerme creer que está todo bien. Que son buenos. Que si, que es lindo, que la amistad, el amor, el respeto.
Pero no. Nuevamente el no esperar lo esperable. Lo que yo sabía. Y si, lo sabía.
Y luego el dolor del alma recién apuñalada. ¿Acaso es "para tanto"? ¿acaso es para decir "dolor" o "angustia"? Y duele... duele porque se disparan tantas cosas. Algún dolor por ahí guardado, o no. Algún rechazo recibido en la vida, puede ser. Aparece desde la inconsciencia y te vuelve un niño perdido buscando a su madre para que le explique si es verdad que pasó lo que le pasó y encontrar en esa protección materna una contención, una respuesta que mitigue el dolor del alma.
No es la primera vez. Sé que no es la última vez. Pero duele. Duele porque amo, porque me importas, porque te quiero. Sé que no quieres. Yo lo sé. Y también sé que una vez más quiero comprenderte, porque me conecto desde mi alma con tu alma para entenderte. Porque no encuentro otra forma de vivirlo, de hacerlo.

Sin título

Desde mi oficina (piso 20 y tanto) tengo una vista fenomenal. Puedo ver el río, el cielo con su crepúsculo maravilloso. A lo lejos veo un barquito blanco (se ve chiquito desde donde estoy). Qué sensación de querer irme a navegar. Quisiera estar navegando en un crucero por ejemplo, libre de obligaciones, preocupaciones. Quisiera sentirme en abundancia. Muchas veces siento que estoy en abundancia, si. Aunque también de a ratos me viene la preocupación y me pregunto ¿qué haré con lo que quiero hacer? ¿qué haré con mi intención de hacer lo que realmente me hace feliz? ¿dónde posiciono mi preocupación de pensar en hacer esa transición (hay más) que me colocaría en ese riesgo? Riesgo y vacío de no saber qué va a pasar. Siempre lo mismo. Siempre el temor de pensar "no, tengo miedo de que si hago eso entonces me quede sin nada...". Nada. Otra palabra más. El lenguaje.
Que cosa el ser humano. Esta cosa del lenguaje que nos aprisiona en la supuesta "seguridad" que necesitamos para avanzar en la vida y decidir. Decidir esto, pero teniendo "seguro" esto otro. Maldita seguridad que nos bloquea como un paradigma o mapa negro que oscurece nuestros pensamientos creativos, sobre lo que queremos lograr, cómo lo queremos lograr, eso... eso tan añorado, los sueños.

¿Narcisista?

¿Narcisista? y... puede ser.
Leí por ahí que el que escribe en blogs pero está en un anonimato en realidad lo que desea (aunque diga lo contrario) es que lo descubran. ¿Será un grito de aviso para decir AQUÍ ESTOY?
Aquí estoy para el mundo. Aquí estoy para mostrar lo que siento, lo que puedo hacer, lo que tengo adentro.
Quizás con una intención de que "me encuentren" o de que "existo" para este mundo en el que ahora todos estamos en un mismo lugar, conectándonos sin fronteras, pudiéndonos empapar de palabras puestas en un lenguaje el cual quiere o intenta mostrar lo que acontece dentro de cada uno.
Pero nos quedamos cortos. No deja de ser un lenguaje que utilizamos para "hablar o describir las cosas", o los sentimientos, los enojos, las esperanzas, las tristezas. Todo. El todo me abruma y a la vez me tienta. Tanto. Todo junto. Tanta información. ¿No será mucho? ¿No será poco?
Véanme, miráme vos. Me miro yo. ¿Para qué me quiero mirar? Esa recursividad eterna del ser humano. Buscando el sentido. El sentido de cada cosa. Para saber para qué estoy aquí... mojada en esa sensación constante de necesitar saber el propósito, a donde voy, los por qués. Carencia de raíces. ¿Cuál es la verdadera raíz?

Y bué...

Y bué, aquí estamos en un intento de volcar por algún lado lo que me pasa.
Uy pero que lindo lugar para hacerlo. Un blog, ¡un blog! ¡pero qué buen invento!
Especial para hacerse "la osa", para meterse con una misma sin que descubran quién sos. De meterte para adentro y al mismo tiempo salirte para afuera. Gran cosa ¿eh? Como si pudiéramos siempre salirnos para afuera. Como si fuera fácil. No, no es fácil. En esta sociedad y sus prejuicios; pre-juicios o "juicios que nos hacemos antes". Enjuiciamos y encima nos creemos esos juicios como si fueran ciertos. Creencias. El "qué dirán". Qué dirán de mi si... digo, hago, hablo, canto, bailo, me visto, me peino, salgo, entro, peleo, me enojo, siento, exijo. Y nos convertimos en productos de lo externo... pero ¿quién soy yo?